“Quizás es que venimos a este mundo a cubrir vacantes y cada uno ha de resignarse a lo que le toca” – Pere Calders
En ocasiones somos capaces de reconocer cuando un sitio tiene algo especial. El Bar Calders es uno de esos lugares: a pesar de que, obviamente, se ha convertido en un lugar muy popular en los últimos años, todavía conserva el aroma de autenticidad que lo ha catapultado a ser uno de los lugares de referencia de la zona.
Con sede en el Poble Sec, el Bar Calders no se encuentra muy lejos del centro, pero lo suficientemente alejado para atraer a multitudes de gente local, así como a algunos turistas inevitablemente. El Bar Calders está situado en el Passatge Calders, que lleva el nombre del famoso autor catalán, perpendicular a la calle Parlament, una de las calles más emergentes de esta zona que separa la Avinguda Paral.lel y el Mercat de Sant Antoni.
La decoración es una curiosa mezcla entre un estilo Art Nouveau catalán y mexicano, con baldosas a la vieja usanza y un colorido mobiliario alrededor. Puede parecer una combinación extraña, pero estéticamente es muy buena, y desde los manteles impresos con juegos de mesa hasta las pizarras rellenas de letras fluorescentes, ningún detalle se ha dejado al azar. El Bar Calders tiene un aura íntima y atrayente, incluso si tiene un tamaño reducido y reúne, tal como un crítico describió, “un mayor porcentaje de hipsters por metro cuadrado incluso que el festival de música Primavera Sound”.
En el Bar Calders encontrarás principalmente tapas, con la misma mezcla de influencia catalana y mexicana. Nosotros probamos las Xips Braves (3,90€), las particulares patatas bravas del Bar Calders que se parecen más a patatas chips caseras servidas con una deliciosa mezcla de tres salsas diferentes (salsa brava, mayonesa picante y crema); así como las Patates al Provolone (4,90€), un recipiente de barro lleno de patatas asadas aderezadas por encima con queso provolone, cebolla caramelizada, semillas de calabaza y arándanos. Un plato tan delicioso como suena… También se pueden pedir otros platos, como mini pizzas (alrededor de 6€) si estás muy hambriento.
Por lo que hace referencia a las bebidas, el Bar Calders es un lugar muy popular para ir a disfrutar del tradicional aperitivo catalán: el vermut! Tal como comentamos en nuestro artículo previo, el vermut se ha convertido en algo muy de moda con el paso de los años y el Bar Calders rinde su particular homenaje con su propia selección. Degustamos el vermut rojo de la casa, con un precio muy razonable de 1.80€, y también el vermut de Falset, una variedad blanca más dulce procedente de una zona cerca de Tarragona, mezclada con un toque de zumo de naranja (una excelente opción si normalmente encuentras el sabor del vermut demasiado fuerte para tu gusto). Ambos tipos, por supuesto, servidos con su correspondiente aceituna. Otra propuesta interesante en forma de bebida en la carta del Bar Calders incluye la michelada, la clásica cura mexicana para la resaca hecha de cerveza, zumo de limón, sal y una mezcla de especias.
De la misma forma que la parte interior del local, el Bar Calders también cuenta con una terraza al aire libre en el pasaje peatonal. Es un lugar ideal para llevar a tus amigos en una noche de verano, pero cuidado, porque la zona exterior del Bar Calders está incluso más cotizada que las propias sillas dentro del pequeño local!
Como centro de actividades en miniatura, este local también acoge eventos como conciertos de música en directo o fiestas de lanzamiento de libros, por ejemplo. Puedes echar un vistazo a su página de Facebook para más detalles.
Otro punto a favor del Bar Calders es el servicio que recibimos. Los empleados son amables, accesibles y genuinamente serviciales, siempre abiertos a recomendar productos de la carta y sugerir alternativas. Lógicamente, este factor suma enormemente en la experiencia vivida.
En general, recomendamos enormemente una visita al Bar Calders, ya que es un local ideal para dar inicio a una noche de fiesta, hablar hasta las tantas de la madrugada con un reducido grupo de amigos o recuperarse de una resaca con una comida al día siguiente. Tanto la comida como las bebidas son de buena calidad, por lo general a un precio razonable y servidas en un gran ambiente.
La principal desventaja es cómo un lugar tan relativamente pequeño se puede llenar tanto de gente. Personalmente, me gusta bastante que haya un poco de ambiente de fondo mientras estoy comiendo, pero si eres una persona particularmente sensible al ruido o necesitas tener una charla seria con un amigo/a sin distracciones, quizás prefieras buscar otro lugar más adecuado.
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