La Panxa del Bisbe es uno de los restaurantes clásicos de Gracia, a la vez que uno de los más desconocidos. Su localización más alejada del corazón de Gracia (Torrent de les Flors, 158) y el gozar de un tráfico de personas más reducido lo han convertido en un lugar más selecto y menos masificado destinado sobretodo a gourmets locales que quieren evitar el correr la voz para que no se infeste de turistas y acabe perdiendo sus sellos de identidad: la creatividad y la calidad.
Su buen hacer y su merecida fama pronto les dejó pequeño su anterior local en la calle Rabassa 37 (donde ahora se ubica su hermano pequeño: La Panxulina), para mudarse en noviembre de 2014 a una localización más grande y más confortable. Además, en su actual ubicación cuenta con una linda terraza interior para hacer las delicias de los clientes en las calurosas noches de verano.
La Panxa del Bisbe presenta una oferta de cocina catalana con algunos toques de fusión, basada en una propuesta de platillos de autor original, elaborada y exquisita, que merece la pena probar. La materia prima es fresca y de calidad, las especies y los acompañamientos están bien seleccionados, lo que provoca una mezcla de sabores y texturas que termina por explotar en tu paladar cuando la comida alcanza tu boca.
Propuesta creativa en La Panxa del Bisbe
La oferta de la carta son pequeñas raciones de platos que recomiendo compartir, degustar, comentar y disfrutar, porque la experiencia gastronómica resulta muy interesante. Yo personalmente valoro la imaginación de los platos y la variedad de los mismos, tanto entrantes como pescados y carnes. Todos los platos esconden un creativo y minucioso trabajo detrás, tanto en la mezcla de sus ingredientes como en la presentación de los platos. El resultado entra primero por los ojos y, posteriormente, por la boca. Además, disponen de una carta de vinos corta pero suficiente para maridar una excelente comida.
Nosotros tuvimos el placer de degustar seis raciones: burrata de tomate y berenjena; carpaccio de setas con limón, parmesano y piñones; bacalao con garbanzos, callos y migas; arroz de setas con verduras y butifarra; canalón de marisco con gambas y espalda de cordero con berenjena, feta y rúcula. La calidad de toda la comida es absolutamente deliciosa. Una confesión: me quedé con ganas de probar las croquetas y la picanha, de las que había recibido muy buenas referencias. Quizás la próxima vez…
La comida es exquisita y la creatividad absoluta. El único punto negativo que encuentro es que el tamaño de las raciones es un tanto escaso para el precio que pagas. Nosotros acabamos pagando por las 6 raciones para compartir entre cuatro comensales y una botella de vino alrededor de 25€ por cabeza y tampoco acabé especialmente saciado.
En cuanto a la cantidad de platillos que deberíais pedir, un amigo mío asiduo a este lugar me confesó que la fórmula es la siguiente: contar el número de personas que vais, multiplicarlo por 2.5 y el resultado será el número de platillos con el que quedaréis satisfechos. No obstante, si aún así os quedáis con hambre, siempre tenéis la opción de disfrutar de un delicioso postre y redondear la comida.
Si vais en grupo, La Panxa del Bisbe ofrece la posibilidad de dos menús cerrados: el Menú “Pica-Pica”, con seis raciones, un postre y agua por 27€/persona; y otro Menú “Variadillu” con siete raciones, dos postres y agua por 35€/persona.
Yo personalmente recomiendo La Panxa del Bisbe para ir en ocasiones especiales, ya que de esta manera sabréis apreciar la creatividad de los platos y valorar la experiencia culinaria.
En cualquier caso, en La Panxa del Bisbe es imprescindible reservar, porque difícilmente encontrarás sitio si te presentas por libre, y como información de servicio, por la noche disponen de dos turnos para cenar: 21h y 23h, así que es importante tenerlo en cuenta.
Así que, si tu zona favorita de ocio es Gracia, La Panxa del Bisbe es una interesante propuesta para ti si te atrae la creatividad de los platos elaborados, la mezcla de sabores y texturas, así como las presentaciones sofisticadas. Ya sabes: nunca digas de esta agua no beberé, ni a La Panxa del Bisbe no iré…
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