Una de las pesadillas que más temo a la hora de salir por El Born es acabar en una trampa para turistas, ser mal atendido y que me sirvan comida de calidad mediocre a precios desorbitados. Ese es quizás uno de los grandes peligros cuando quieres salir a comer en una zona de moda y demasiado turística de Barcelona. Partiendo de la base de que la mayoría de negocios gastronómicos de este área están enfocados en el cliente extranjero y que persiguen más su cartera que su paladar, no deja de ser una grata sorpresa encontrar lugares donde, pese a que se paga por la localización y por la presencia de turistas, todavía puedes encontrar tapas de toda la vida a un precio al alcance de todos los bolsillos. El “Bar del Pla” es uno de esos lugares.
El Bar del Pla (Montcada, 2) es una de esas tabernas emblemáticas que llevan años funcionando en el centro de El Born gracias a su oferta de tapas de calidad, buen trato y precios razonables. Como persona local, se hace cada vez más difícil encontrar lugares como este donde poder picar algo sin ser astillado solo porque estás en la zona de moda de la ciudad. Por eso valoro el descubrimiento del Bar del Pla del que espero que siga manteniendo la esencia y el aroma que tiene durante mucho tiempo y no caiga en las malditas redes del capitalismo más feroz como algunos de sus vecinos de la zona.
Ir de tapas en el Bar del Pla
El Bar del Pla es uno de los mejores lugares para ir de tapas en El Born, muy cerca del famoso Museo Picasso. Dentro de un rústico local de pequeño tamaño y muy buena decoración, destaca su estética bohemia con barras de mármol, suelos de mosaicos y mobiliarios de época. En este entorno, el Bar del Pla presenta una oferta de tapas tradicional adaptadas a la cocina contemporánea incorporando nuevos ingredientes y sabores, con una correcta selección de vinos y un añadido de cervezas bien tiradas.
En general los productos son de primera calidad y tienen algunos toques originales, aunque no esperes tapas creativas ni presentaciones sofisticadas. Más bien tapas de toda la vida de calidad, de gran sabor y preparadas sin artificios.
Las patatas bravas de el Bar del Pla
Uno de los platos estrella de este bar son las patatas bravas, sin duda unas de las mejores de El Born y en la lista de las mejores patatas bravas de Barcelona. Las patatas bravas de El Bar del Pla están talladas en forma de gajo, tienen realmente sabor a patata, tostadas por fuera y suaves por dentro, servidas con un all i oli muy suave y una sublime salsa de tomate casera y dulce, con un ligero toque de pimentón.
Pero el Bar del Pla ofrece mucho más que patatas bravas… Las croquetas de bacalao y pimiento, así como la bomba de pulpo con mayonesa de pimentón picante también son opciones correctas. También probamos los huevos estrellados con chorizo, aunque quizás demasiado caros para lo que realmente eran.
A pesar de que la mayoría de los platos de la carta merecen la pena, si tenéis que escoger, os recomiendo las croquetas de jamón ibérico, el tartar de buey con foie y el tartar de atún.
Para acompañar, tienes la opción de pedir el vino por copas, algo que recomiendo porque la selección de vinos no es muy amplia y las botellas son demasiado caras para la calidad del vino (17-18€/botella).
Dado que se trata de un lugar frecuentado por turistas y gente de paso, es recomendable reservar, puesto que es imposible encontrar mesa para comer después de las 14h ni tampoco para cenar después de las 20h. De hecho, la estampa más habitual de El Bar del Pla es de un lugar siempre lleno de gente, tanto en la barra como en los taburetes y las mesas, incluso en los cotizados barriles de la puerta ideales para fumadores.
La relación calidad/precio de el Bar del Pla es fabulosa, teniendo en cuenta la localización y el fluido tráfico de turistas. En general diría que se puede tapear con una copa de vino fácilmente por 20€ por cabeza. Así que es un lugar ideal para ir de tapas y luego dar un paseo por el barrio o ir a tomar algo en alguno de los locales alrededor de La Rambla del Born.
El Bar del Pla es un bar que recomiendo para una comida informal, tanto con amigos como en familia, en pareja, con compañeros de trabajo o de negocios, es una apuesta segura.
El servicio es próximo, amable y simpático, aunque también cabe decir que nuestra visita se produjo un día entre semana y no en hora punta, lo que sin duda favorecía la cercanía.
Lo que es seguro es que tanto si eres local como si eres turista, se trata de uno de los lugares en El Born más adecuados para no caer en la odiada “trampa”. Para mi, una agradable sorpresa y una joya escondida en las concurridas calles de El Born.
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