El Kibuka es un delicioso restaurante para comer sushi en el barrio de Gracia y uno de los mejores restaurantes japoneses que he probado en Barcelona. No es estrictamente comida típica local, pero la queremos incluir en nuestro blog porque presenta una oferta culinaria muy interesante con su mezcla entre la influencia nipona, los toques tropicales y la dieta mediterránea.
El Kibuka tiene dos restaurantes, ambos en Gracia, uno en la calle Goya y el otro en la calle Verdi. Si vais al Kibuka olvidaros de “japochinos” con sushi del montón “todo lo que puedas comer” con servicio de cocina tipo cadena de montaje. Soy de los que piensa que la buena comida japonesa se ha de pagar y el Kibuka, sin ser precisamente barato pero tampoco tener un precio desorbitado, ofrece una relación calidad-precio magnífica.
El Kibuka ofrece una extensa carta para los amantes del sushi y de la comida japonesa que hará las delicias de cualquier visitante. Su carta ofrece muchas opciones, alternativas diferentes y mezclas de sabores que no he encontrado en ningún otro restaurante japonés de Barcelona (y eso que he visitado unos cuantos…).
El Kibuka presenta una cocina creativa y de fusión. La base de su carta es el sushi en todas sus formas: maki, uramaki, fotomaki, nigiri… Pese a que la carta contiene algunas otras exquisiteces japonesas, al Kibuka se va principalmente a comer sushi… y del bueno.
Sushi de todas las formas y colores en Gracia
Los platos del Kibuka están preparados con ingredientes frescos, de muy buena calidad y con un toque original. Nosotros hemos probado muchos tipos diferentes, pero por su toque exótico, nos gusta destacar: el Thai Uramaki (recubierto de crujiente, relleno con tempura de langostino, espinacas y calabacín, aderezado con salsa de curry verde picante); el Griego Uramaki (recubierto de aguacate y pistacho, relleno de tempura de salmón, tomate seco y tsatsiki -salsa de iogurt, pepino, menta y ajo-); el Italiano Uramaki (recubierto de salmón, aguacate y aceite de albahaca, relleno con mozzarella de búfala, tomate seco y espárrago verde); y el Albahaca Uramaki (salmón, tomate, queso crema y albahaca). Todos absolutamente deliciosos y con una mezcla de sabores intensos y texturas realmente sensacional. También probamos las gyozas (empanadillas de cerdo con salsa de sésamo) y el kakiage (tempura de mezcla de vegetales con salsa kakiage).
El servicio del Kibuka es atento y servicial, pese a que a menudo los camareros van muy ajetreados por la numerosa clientela. Pese a que siempre está a tope, es bastante eficaz y las esperas por la comida no son excesivamente largas. Además, se respira buen ambiente y también se puede encontrar gente de todas las edades.
El Kibuka se ha ganado por méritos propios el nombre y la fama que tiene, algo que también tiene su contrapartida. Su comida de calidad y su moderno ambiente los ha convertido en locales demasiado populares, así que olvídate de llevar a alguien por ser un restaurante auténtico y exclusivo.
Ambos restaurantes presentan espacios amplios y bien decorados, pero demasiado ruidosos para mi gusto. Siempre está lleno de gente y la acústica es complicada. Además, las mesas están muy juntas y hay muy poca privacidad, así que no es el lugar más romántico del mundo si quieres ir con tu pareja. Lo ideal: ir con amigos, porque entonces estaréis “en vuestra salsa”.
La otra gran pega que tiene el Kibuka, en este caso el de la calle Goya, es que no admite reservas, así que se llena muy rápido y siempre hay que esperar. Así que conviene ir pronto o estar listo para esperar un rato antes de sentarse (25-30min. mínimo dependiendo del dia y la hora). Por el contrario, el Kibuka de la calle Verdi sí que admite reservas, así que en ocasiones puede ser más interesante para ir a tiro seguro.
El Kibuka es una opción excelente si quieres comer comida japonesa en Barcelona, si estás por Gracia con amigos y/o si no te importa rascarte un poco el bolsillo por comer un sushi de buena calidad. Encontraréis una gran variedad de sushi, carta original, comida deliciosa, mezcla de sabores increíble y un ambiente muy moderno.
La realidad: yo iría cada semana si no fuera porque odio hacer cola por comer y porque no quiero que mi cartera se enfade…
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